La acción en Resident Evil 4 no envejeció para nada bien

Desde el lanzamiento del exitoso Resident Evil 7, los fans de todo el mundo han celebrado el regreso a las raíces de la franquicia. Aunque Village aporta una dosis considerable de acción, el tramo de la Casa Beneviento es de los más terroríficos de la serie, por ejemplo.

Hace poco, decidí volver a Resident Evil 4, que terminé el fin de semana pasado. El título ha envejecido bien, sí, pero mi opinión respecto a la necesidad de un remake ha cambiado: ahora creo que sí, que es hora de lanzar una versión actualizada de un título tan importante. La puntería y la cámara han envejecido especialmente mal.

Sin embargo, el objetivo del texto no es ni siquiera eso. Lo que no esperaba en absoluto era disfrutar tanto del mayor enfoque en la acción como echar de menos en los últimos juegos. La pelea con Jack Krauser, por ejemplo, era algo que odiaba hasta hace unos años. Sin embargo, esa pelea me conquistó… En 2022.

Tal vez sea una cuestión de memoria afectiva asociada a tiempos más sencillos o incluso el simple placer de volver a visitar, sólo por ocio, una obra que conocí en la infancia. Independientemente de la respuesta, debo asumir que mi tolerancia hacia los quick time events y los combates cuerpo a cuerpo ha aumentado con el tiempo.

Más que poder repartir patadas a los Ganados o esquivar láseres al estilo de las películas de Milla Jovovich, la idea de luchar contra otro ser humano es lo que me hizo darme cuenta de lo que echo de menos en los títulos actuales. Cuando nos enfrentamos a Krauser, es un intercambio justo. Dos personas plenamente conscientes luchando por la supervivencia, casi como en un juego de guerra.

Por supuesto, los dos últimos juegos de la serie principal de Resident Evil son maravillosos a la hora de proponer un survival horror. Sin embargo, hay una sensación de spinoff impartida por ambos. Controlamos a un personaje no relacionado con los títulos anteriores en una situación en la que el antagonista también está inédito. Todo parece desarrollarse en una realidad separada, excepto la presencia de Chris Redfield.

Para que se produjera la revitalización de Resident Evil como serie de terror, era necesario este cambio de contexto e incluso de perspectiva de los juegos. Al fin y al cabo, los personajes clásicos son todos agentes entrenados para hacer frente al bioterrorismo y se les ha visto realizar todo tipo de hazañas increíbles durante la última década.

Aun así, echo de menos esa sensación de tener el control de un protagonista empoderado que realmente me importa. Alguien a quien he visto madurar con el paso de los años y que es plenamente capaz de enfrentarse a los bioterroristas en persona, en el brazo si es necesario.

Esa nostalgia por la intensa acción de los juegos de Resident Evil podría pasar pronto, ya que he decidido volver a jugar a Resident Evil 5 y Resident Evil 6. Quizá estos dos juegos, mucho más desequilibrados que Resident Evil 4 en cuanto a terror y acción, me hagan ver que la serie debe seguir siendo como es. Sin embargo, si más acción es el precio a pagar por el regreso de los héroes clásicos esta vez, estoy dispuesto a pagarlo.