Reseña: Xenoblade Chronicles 3, un viaje de mil millas

Saber qué decir sobre Xenoblade Chronicles 3 es difícil. Es un juego enorme al que le he dedicado unas 50 horas, una gota en el océano de su totalidad. Lo extraño es que, con casi cualquier otro juego, ese tiempo de juego suele ser más que suficiente para escribir una reseña. Aun así, probablemente necesitaría unas 150 horas más para ver todo lo que ofrece Xenoblade Chronicles 3.

Eso no quiere decir que no me haya dedicado a convertirme en todo un experto en XC3 desde su lanzamiento, pero es una verdad importante que hay que entender y que añade contexto a este análisis. Hay muchas cosas aquí. Entonces, ¿es bueno Xenoblade Chronicles 3? La respuesta corta es sí. ¿La respuesta larga? Bueno, para eso está el resto del análisis.

Xenoblade Chronicles 3 no causa la mejor de las impresiones, pero si eres capaz de superar sus horas iniciales llenas de tutoriales, te encontrarás profundamente absorbido por su historia, sus sistemas y su mundo, manteniendo tu Switch al alcance de la mano en todo momento, por si acaso acabas teniendo unos minutos para jugar.

Hay que trabajar bastante para que Xenoblade Chronicles 3 te guste en sus primeras horas. Sin exagerar, el tutorial principal dura aproximadamente entre siete y diez horas, introduciéndote en las profundidades de sus sistemas hasta que tu cabeza está completamente sumergida.

Aunque no es lo ideal, prefiero este método de tutorialización frente a otros juegos del género como Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin, que básicamente te empujan a las profundidades con poco más que un par de flotadores medio inflados en las primeras dos horas. Dicho esto, las horas y horas de tutoriales que te ofrece XC3 llegan a ser ciertamente agotadoras, por lo que es difícil sentirse motivado para jugar entre sesiones al principio.

El estudio que está detrás del juego, Monolith Soft, lo sabía, y se ha esforzado en la historia del primer acto. Esa narrativa me hizo volver hasta que las ideas mecánicas de XC3 estuvieron completamente cocinadas y fueron tan deliciosas como uno de los platos de Manana.

La premisa de Xenoblade Chronicles 3 es excelente: dos países en guerra han estado luchando durante más tiempo del que cualquiera de los dos bandos puede recordar, y tres soldados de ambas facciones son expuestos a la posible verdad de que la guerra no tiene sentido. A partir de ahí, los seis se embarcan en una misión para encontrar respuestas reales a lo que está ocurriendo entre bastidores. Además, todas las personas son criadas para la guerra, y sólo viven 10 años antes de morir, por lo que hay un reloj que corre para el reparto, algunos de los cuales se acercan bastante al final, todo lo cual añade un buen nivel de drama a la mezcla.

Como aún no he terminado Xenoblade Chronicles 3 (recuerda: hay mucho aquí, de verdad), no puedo decir si da en el clavo en todos los frentes, pero hasta ahora he visto un increíble crecimiento de los personajes de casi todo el reparto principal que hace que cada escena sea emocionante, simplemente por ver lo que pasa después.

En una sesión reciente, uno de los personajes ha aceptado de verdad el sombrío final que le espera y habla del miedo a ser olvidado por el tiempo antes de fallecer inevitablemente. Es un material pesado, pero XC3 se toma su tiempo para hacer algunos de sus puntos más conmovedores. Por eso, resuenan y se sienten ganados; entiendes el punto de vista de cada personaje antes de que empiecen a abrirse.

La coreografía de las escenas también aporta un toque cinematográfico totalmente inesperado, pero absolutamente encantador. Las peleas están animadas con maestría, y sus efectos visuales hacen un gran esfuerzo para compensar las limitaciones de hardware de Switch, que a menudo dan lugar a vídeos de baja resolución.

Además de contar con una excelente coreografía, la colocación de la cámara es siempre interesante, lo que hace que cada escena sea única. Aunque no todas las escenas reciben un tratamiento completo, sí lo hacen bastantes, lo que demuestra que se ha puesto mucho cuidado en los momentos más emotivos.

Otro elemento destacable es que las escenas animadas y con voz no son una rareza en Xenoblade Chronicles 3. Muchas de las misiones secundarias opcionales incluyen escenas tan espectaculares que se podría pensar que son esenciales para la historia principal. Como no lo son, siempre tienes la sensación de estar descubriendo contenido adicional significativo cada vez que te desvías del camino principal.

Aunque la historia es el motor de gran parte de las primeras horas de Xenoblade Chronicles 3, las mecánicas de combate acaban compartiendo el protagonismo cuando se quitan las ruedas de entrenamiento. El sistema de combate de XC3 es muy complejo, lo que hace que el juego sea realmente satisfactorio. Al estar tan centrado en el enfriamiento y ser tan complejo, me llevó un tiempo entender lo activo que es el combate. Sin embargo, una vez que lo entendí, me encontré participando en todas las peleas, completamente involucrado en los sistemas de combate.

Por lo general, cuando una historia es realmente impactante, me apresuro a seguir el siguiente ritmo y me salto más secciones centradas en las mecánicas, pero la profundidad de XC3 todavía me hace luchar todo lo que puedo para obtener la satisfacción inmediata de alinear múltiples ataques, realizar llamativas Artes de Talento y realizar Ataques en Cadena potenciados por el equipo, que detienen temporalmente la acción para lo que son esencialmente pequeños rompecabezas matemáticos que infligen un daño devastador a los enemigos y a los jefes por igual.

Es una lástima, pues, que el combate pueda ser tan obtuso al principio, a pesar de las horas de tutoriales. Sólo después de ver un vídeo en el que se explicaba la profundidad de su mecánica, entendí algunos de sus elementos más imprecisos. Por ello, es difícil decir que me sentí adecuadamente preparado por el propio juego para afrontar los retos que me deparaba. Una vez que todo tiene sentido, es un sistema maravilloso, pero es una pena que Xenoblade Chronicles 3 sea tan poco explicativo.