Reseña: The Last of Us Part 1, ¿la tercera es la vencida?

Muchos consideran que The Last of Us es una obra maestra moderna de la narrativa en los videojuegos. Recibió una aclamación generalizada cuando se lanzó en 2013 y fue un título importante para establecer la línea de títulos first-party de prestigio de Sony. Después de jugar a su remake en The Last of Us Part 1, me queda una pregunta sin respuesta: ¿Por qué existe esta versión del juego?

El desarrollador Naughty Dog considera que The Last of Us Parte 1 (TLoU Parte 1) es un remake, no un remaster. Esa versión se lanzó en 2014. Los gráficos aquí están totalmente reconstruidos, mientras que la jugabilidad y la historia son fieles al original. Sobre el papel, es un concepto ganador. ¿Quién no quiere revisitar una obra maestra casi de consenso de la mejor manera posible?

Las mejoras gráficas de las que habla Naughty Dog no son sólo de boquilla. TLoU Parte 1 es impresionante; es uno de los juegos de consola con mejor aspecto que he visto nunca. Los modelos de los personajes son increíblemente realistas, lo que da vida a las ya excelentes interpretaciones. El nuevo sistema de iluminación proyecta sombras detalladas, y el efecto cromático del arco iris en el centro del haz de la linterna parece auténtico.

Dicho esto, esa nueva fidelidad gráfica conlleva algunos inconvenientes. Los objetos cotidianos que forman los componentes de la artesanía se mezclan demasiado bien con su entorno, lo que hace que sea difícil localizarlos. No se sabe qué cajones del escritorio pueden abrirse y buscarse, por lo que mantener los suministros abastecidos a menudo implica peinar el perímetro de cada objeto de la habitación.

Las zonas que eran oscuras y atmosféricas en el original son completamente negras en esta versión, salvo la zona iluminada por la linterna. La navegación básica es una tarea más que antes. Estos retoques estéticos hacen que TLoU Parte 1 sea increíble, pero más difícil de jugar.

La historia es tan buena como siempre, tan conmovedora, estimulante y dolorosa como antes. El abanico natural de emociones y expresiones de Joel, Ellie y el resto del reparto no ha perdido nada de su poder y está tan magistralmente ejecutado hoy como en 2013. No se desvía en ningún sentido -lo cual está bien-, pero quizás TLoU Parte 1 es una oportunidad perdida para añadir profundidad adicional o recontextualizar cosas como hizo Final Fantasy 7 Remake.

Lo que no ha envejecido tan bien es la propia jugabilidad. A diferencia de Resident Evil Remake o Final Fantasy 7 Remake, la forma de jugar de TLoU Parte 1 no se ha ajustado, y eso es un problema. Lo que antes era una jugabilidad de sigilo pasable envuelta en una mecánica de disparos insuficiente, se convierte en una jugabilidad de sigilo mala envuelta en unos disparos horribles para los estándares actuales.

Tomemos como ejemplo el simple hecho de escabullirse entre los enemigos humanos. Puedes eliminar a los enemigos en silencio, pero no hay forma de mover o esconder los cuerpos. Joel simplemente los deja en medio del suelo para que cualquiera se tropiece con ellos. Si te descubren, todo el mundo en la zona sabe inmediatamente dónde estás, como si tuvieran una mente de colmena – incluso si eliminas al enemigo que te ha descubierto antes de que haga un ruido o dé la alarma.

El disparo, por su parte, es lento, torpe y tremendamente impreciso. Eso podría dificultar el juego si la IA enemiga no fuera atroz. A menudo, la forma más rápida de pasar de una zona a otra es sujetar una puerta y disparar a los enemigos a medida que entran de uno en uno, uniéndose a la creciente pila de cadáveres a tus pies. Si se añaden algunos Quick Time Events, TLoU Parte 1 parece un juego mediocre de mediados de la década de 2000.

Eso no quiere decir que todas las mejoras introducidas en TLoU Parte 1 sean puramente superficiales. El brillante conjunto de características de accesibilidad que debutó en The Last of Us Parte 2 se ha trasladado aquí. Esto, incluso más que la calidad visual mejorada, es el mayor logro de TLoU Parte 1.

Hay controles alternativos profundamente personalizables, ayudas visuales y muchas opciones diferentes para ayudar con algunas de las diferentes formas en que la gente procesa la información visual. Puedes saltarte los puzles, ajustar el combate y activar las descripciones cinemáticas. Hay un cuidado y una reflexión en todo ello que se hace evidente, y es el tipo de características que todos los juegos deberían tratar de emular y mejorar.

Eso no significa que TLoU Parte 1 reduzca la violencia y la atmósfera sombría. Sigue siendo un título maduro, con monstruos aterradores y un mundo sombrío. Los Clickers y Bloaters son más terroríficos que nunca, especialmente en resolución 4K con HDR y unos auriculares estupendos. He jugado a este juego múltiples veces en sus distintas iteraciones, y aún así me tomé descansos adicionales para evitar que mis niveles de estrés hirvieran. Los cambios entre la acción, la historia y los segmentos de terror están bien espaciados, con el tiempo adecuado entre las secuencias para mantener las cosas frescas.

Eso es lo que más me desconcierta de este remake. El ritmo es genial porque el ritmo siempre fue genial. La historia y los personajes son increíbles porque siempre lo fueron. Estas cosas no mejoraron porque no lo necesitaban. Las cosas buenas del Last of Us original siguen siendo buenas. La cuestión es que las cosas que no eran buenas siguen sin serlo. Entonces, ¿por qué existe este juego?

Los gráficos mejorados son agradables, pero no es que The Last of Us fuera nunca malo. El original también recibió una remasterización un año después de su lanzamiento, que aún se mantiene. Los gráficos no necesitaban mejorar, pero lo hicieron. La jugabilidad sí necesitaba mejorar y no lo hizo. Cuando llegué al final de mi partida de TLoU Parte 1 y vi los créditos, lo único que se me ocurrió fue por qué iba a jugarlo si no era para revisarlo, y no se me ocurrió una buena razón.

El lanzamiento de The Last of Us en 2013 fue muy influyente. La historia, brillantemente escrita e interpretada, es tan buena como siempre en The Last of Us Part 1, y la introducción de docenas de nuevas características de accesibilidad debe ser celebrada y emulada. La calidad visual es asombrosa, y hace que los altibajos emocionales de The Last of Us destaquen más que nunca.

Por desgracia, la jugabilidad que era pasable en 2013 no es buena para los estándares actuales. Llamar “remake” a un juego que no ha mejorado a nivel fundamental es una exageración. TLoU Parte 1 es para los súper fans de la serie o para aquellos que se perdieron las dos primeras versiones, especialmente por razones de accesibilidad. Para todos los demás, es difícil recomendar el gasto de las aproximadamente 15 horas que lleva volver a jugar a The Last of Us.