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Reseña: Stray, el mundo de los gatos

No sabía qué esperar de Stray, de Blue Twelve Studio y Annapurna Interactive. Me imaginaba que al menos sería un simulador de paseo en el que controlarías a un gato. Sin embargo, Stray es mucho más que eso. Tiene una narrativa conmovedora sobre la esperanza, envuelta en temas de codicia capitalista.

Stray sigue a un gato que cae literalmente en una ciudad llena de robots. Mientras el gato intenta encontrar el camino de vuelta a casa, se entera de los deseos de los robots de ir al Exterior, una zona misteriosa más allá de la ciudad abovedada que ha estado cerrada durante decenas, si no cientos, de años. Por el camino, el gato conoce a un dron llamado B12 que le ayuda a traducir el lenguaje de los robots y a defenderlo de los enemigos.

A lo largo del juego, aprenderán más sobre ellos y sobre la civilización anterior que habitaba la ciudad. La narrativa de Stray es increíblemente sentida y, a través de las pruebas y tribulaciones a las que ambos se enfrentan, se van acercando como pareja.

Los enemigos en Stray se llaman Zurks, y han evolucionado para comer metal, pero seguirán devorando al gato si consiguen hacerse con él. La forma en que Stray implementa los encuentros de combate es también impresionante. Mientras que el gato no puede luchar, B12 puede protegerlo iluminando con una luz púrpura que eviscera a los Zurks. Esta mecánica no sólo es creativa, sino que también muestra el vínculo entre B12 y el gato, que añade otra capa de profundidad a su compañerismo.

Stray también se siente muy suave al jugar. Las secciones de plataformas y los controles del gato son precisos e impactantes. Cada vez que el gato salta, sientes el peso adecuado del salto y el posterior aterrizaje. Cada vez que el gato corre, sientes la prisa, ya sea para escapar de los enemigos que te persiguen o para simplemente pasear por la ciudad.

Los rompecabezas de Stray son intuitivos y divertidos de resolver; no son especialmente desafiantes, pero tampoco son insultantemente fáciles. El juego hace un gran trabajo a la hora de enseñarte a utilizar los distintos objetos del entorno. Por ejemplo, cada vez que veas un barril horizontal vacío, suele ser una señal de que tienes que hacerlo rodar hasta algún lugar, subirte a él y llegar a un terreno más alto.

Muchas localizaciones de Stray están llenas de vida, a pesar de no haber humanos alrededor. Los diferentes robots han desarrollado cualidades antropomórficas, ya que intentan imitar a la civilización anterior aprendiendo a través de los objetos dejados atrás. Los gráficos también se ven muy bien, y la dirección artística es muy colorida.

Lo que también se agradece es que el juego utilice una tipografía y un lenguaje personalizados en lugar de letras y símbolos asiáticos genéricos para los carteles de neón repartidos por las ciudades. De este modo, Stray consigue dar con la estética ciberpunk al tiempo que evita el orientalismo y los estereotipos raciales.

He jugado a Stray tanto en un portátil como en Steam Deck. En Steam Deck funciona muy bien, la mayor parte del tiempo. Sin embargo, la velocidad de los fotogramas a veces se reduce sin motivo alguno. Además, Stray agota la batería de Steam Deck con bastante rapidez.

Stray sólo cuenta con una función de autoguardado (no hay guardado manual), y en algunos casos tuve que volver a empezar desde el punto de control más reciente después de salir del juego. Era molesto perder unos 5 minutos de juego cuando se podría haber implementado una opción de guardado manual para evitar estas situaciones.

Stray tarda entre cinco y seis horas en terminarse, pero aprovecha esa corta duración para contar una historia conmovedora entre un gato y un dron robot. Sus controles se sienten muy bien y son impactantes, tanto si saltas como si corres. Además, el gato tiene mucha personalidad: poder maullar cuando se le ordena y hacer cosas de gato, como derribar objetos y arañar las paredes, es un buen detalle. Stray es un viaje muy centrado que merece la pena experimentar al menos una vez.

Reseña: Stray, el mundo de los gatos

Puntuación Wardea

Stray no es sólo un juego sobre un gato que intenta volver a casa, sino uno sobre una aventura aún mayor. Y de hacer cosas de gatos.

9

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