Grand Theft Auto V se atrevió a hacer algo único hace más de una década
Publicado por Zyk • octubre 11, 2022
La histórica filtración de Grand Theft Auto VI puede haber llevado a algunos fans de vuelta a Grand Theft Auto V o incluso a Grand Theft Auto Online (que, en realidad, nunca dejó de jugarse). De hecho, al reiniciar la campaña por milésima vez pronto me di cuenta de algo que es único en la historia de los juegos, y probablemente sepas de qué estoy hablando.
Mucho antes de estar en compañía de los veteranos Michael y Trevor, Franklin estuvo haciendo algunos trabajos menores con Lamar y Chop, el perro que luego se muda con el protagonista del juego. Durante una misión en la que Franklin y Lamar tienen que secuestrar a un tercer personaje, Chop es fundamental para encontrar a este objetivo, que se esconde en uno de los vagones de unos trenes aparcados.
Alternando entre Franklin y Chop, los jugadores deben identificar los posibles coches en los que puede estar escondido el objetivo. Chop se encarga de olfatear a la persona que buscamos y Franklin es quien abre la puerta para comprobarlo. Esta dinámica funciona bien durante un tiempo, pero pronto llega el momento en que Chop se distrae y huye de los vagones del tren. Siguiendo a Chop, Franklin se encuentra con una escena única en la historia del juego: Chop detuvo toda la misión sólo porque quería tener sexo con otro perro que pasaba por allí.
En el momento del lanzamiento del juego, los medios de comunicación de todo el mundo señalaron esta escena como algo especialmente inesperado. Casi una década más tarde, es un hecho que ningún otro juego ha conseguido causar el mismo impacto con una escena de amor entre animales. De hecho, el hecho de que Rockstar nos permita cambiar la cámara a una perspectiva en primera persona del cuerpo de Chop lo hace aún más extraño. El jugador puede ver, si quiere, ese momento íntimo desde la perspectiva de Chop.
¿Era necesario? Desde luego que no. De hecho, me pregunto qué empleado de Rockstar llegó a la conclusión de que merecía la pena. Pero no se puede negar que este momento cómico se encuentra entre las situaciones más aleatorias jamás creadas en la historia de una industria marcada por decisiones incomprensibles.
