Fortnite cumple 5 años con contenido al día y competitivo a raudales

Cinco años, tres capítulos y 22 temporadas después, Fortnite se ha consolidado como uno de los referentes de la industria del juego. Impulsado por el modo battle royale, creado precisamente el 26 de septiembre de 2017 por Epic Games, el juego ha conquistado el mundo con eventos especiales, skins diferenciados y asociaciones con grandes marcas mundiales. Salvo que, a excepción del Mundial, Fortnite se ha convertido en un desperdicio de potencial competitivo. Y esa es la parte más dolorosa de la historia del juego.

Desde la formación de las características gráficas como juego hasta la formulación de los principios de Epic Games, Fortnite siempre ha demostrado estar orientado más a un público infantil. Basta con ver el diseño de los personajes, las armas, el Battlebus y los demás elementos que se pueden utilizar dentro de la isla. Todos buscan más animación y menos representación de la violencia, que suelen tener los juegos con armas.

Este enfoque ha funcionado y sigue funcionando hasta hoy. Y es que Epic Games encontró una mina de oro con la venta de cosméticos, y la convirtió en una de sus principales fuentes de ingresos. A modo de contexto, Fortnite ganó 9.160 millones de dólares (unos 49.000 millones de libras al cambio actual) entre 2018 y 2019. Los datos figuran en un informe de presentación del consejo financiero que el promotor creó en enero de 2020.

Si durante este periodo Fortnite ya vivía un momento especial en relación a los ingresos por creación de contenidos, actualmente los valores deberían ser aún mayores -aunque Epic Games no los desvela oficialmente-. El juego ha promovido colaboraciones con grandes franquicias en los últimos años, como Marvel, DC Comics, Halo, Naruto, Star Wars, Dragon Ball, entre otras.

Podría pasarme todo el día mencionando nombres de empresas y personalidades mundiales que han pasado a formar parte de Fortnite en cinco años de existencia, pero esto lo dejaré para otra oportunidad. El objetivo de este artículo es aportar algunas ideas sobre un juego que se ha convertido en el dilema de la manta corta: tirar por un lado y fallar por otro.

Gran parte de la comunidad de jugadores comprometidos tiene muy claro que Fortnite es Fortnite por lo imprevisible de la creación de contenidos dentro de su propio universo. Un día, por ejemplo, estás en un concierto de Ariana Grande. Al siguiente, llevas un skin de Naruto y eliminas a un oponente con el Kamehameha de Dragon Ball. Así es Fortnite, la referencia en entretenimiento.

También ha quedado muy claro, solo para gran parte de la comunidad de esports comprometida, que Fortnite es competitivamente irrelevante. Pocos son los que se preocupan por los resultados o por la información básica de quién ganó la liga A, B o C. Y la razón detrás de esto tiene un vínculo directo en la creación de contenidos y se puede definir en una sola palabra: prioridad.

La prioridad de Fortnite es crear contenido y hacer de eso una noria imparable para ganar más y más dinero. La verdad es una: Epic Games lo hace muy bien y no hay razón para cambiar. Es rentable, es importante para la marca y es atractivo para casi todos los mercados del mundo. Ese es el lado donde queda la manta.

Ahora bien, la preferencia por la creación de contenidos no debe limitar el aspecto competitivo del juego. Por el contrario, debería incluso impulsar y servir de gancho para reforzar el escenario compuesto por organizaciones y actores profesionales. No hay una fórmula mágica, pero las oportunidades son muchas y ya se han dicho aquí en El Enemigo.

Actualmente, la escena competitiva de Fortnite es una auténtica fiesta. El cumpleañero es Epic Games, la tarta es el juego y los invitados son los jugadores profesionales, que están allí interesados en comer la tarta e irse. Las organizaciones, el personal y los periodistas incluso consiguen colarse, pero no son bienvenidos en esta fiesta. Ese es el lado donde falta la manta.

En definitiva, Epic Games es partidaria de que “no se puede tener todo en la vida”. Y realmente no puedes. Sin embargo, la compañía debería al menos ser realista en cuanto a que puede convertir Fortnite en un juego aún más relevante en todos los sentidos. Cinco años no son cinco días, pero a una manta mal cuidada le quedan pocos días antes de ser inútil.