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Assassin’s Creed 2 tiene un detalle triste que muchos pasan por alto

Publicado por Zyk • octubre 11, 2022

El mundo de Assassin’s Creed 2 es fascinante. Lleno de actividades opcionales para Ezio Auditore, el juego es el primero de la trilogía protagonizada por el asesino del Renacimiento. Desde las estrechas calles de Florencia hasta los famosos canales de Venecia, Ezio siempre está dispuesto a enfrentarse a las autoridades locales, a entregar cartas y a asesinar a importantes figuras políticas.

Assassin's Creed 2

Entre medias, hay una actividad opcional especialmente memorable: recoger plumas esparcidas por todo el mapa, ya sea en lo alto de los edificios, en el interior de los mismos o en las paredes que Ezio escala. La idea de coleccionar plumas puede parecer una tontería. De hecho, hay muchos jugadores que ignoran por completo este aspecto de la experiencia, que está lejos de ser útil en la evolución del personaje principal.

Horas después de empezar el juego, es fácil olvidar incluso la justificación de esta actividad secundaria. Después de todo, ¿por qué iba a estar Ezio interesado en coleccionar plumas? Petruccio Auditore da Firenze era el hermano menor de Ezio. Desde muy joven se le describe como una persona de salud frágil, llegando a tener que dejar la escuela para pasar la mayor parte del tiempo tumbado en la cama.

Un día de 1476, le pidió a Ezio que recogiera unas plumas por un motivo misterioso. La primera pluma que recojamos para Petruccio, incluso, puede serle entregada mientras el niño está vivo. Sin embargo, no pasa mucho tiempo antes de que Petruccio, con 13 años, sea ejecutado en la horca por participar en una supuesta conspiración de los Auditore. Muere junto a su padre, Giovanni, y su otro hermano, Federico, que serían los otros conspiradores.

Incluso después de la muerte de Petruccio, Ezio decide honrar la memoria de su hermano buscando plumas esparcidas por el mapa. Mientras recogemos las 100 plumas en Assassin’s Creed 2, vemos una escena en la que Ezio abraza a su madre, que le agradece que se acuerde de su hijo. Eso está bien. Tal vez nada cambie el hecho de que ir a buscar plumas es un poco deprimente. En cualquier caso, tenemos que estar de acuerdo en que la explicación que hay detrás de esta actividad paralela es simplemente perfecta.

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